Santo Domingo
Esta época del año siempre trae consigo la esperanza de paz para el mundo y
la anhelada paz crística para el corazón del hombre, en su vasta humanidad.
Esperanza que aflora desde los primeros aires de brisa fresca en el ambiente,
para que inmediatamente el corazón capte ese haz de luz divina que nace del
recuerdo de tiempos donde el amor se celebraba en el corazón.
Purificado por el Nacimiento del Cristo que hace que tengamos la vida lista
para poder ir hacia ese estado de gloria que es el nacimiento del humano hacia
las energías del resurgir del Cristo divino en cada corazón.